Le sorprenderá saber que el proceso de producción del corcho lleva décadas. Los alcornoques permanecen intactos hasta por 30 años y luego se cosechan solo cada 9 años, lo que permite que ocurra el proceso natural de maduración. Eso significa que los alcornoques nunca se cortan para cosechar corcho, sino que se afeitan cuidadosamente donde la corteza natural puede volver a crecer.

Una vez que los alcornoques han madurado lo suficiente, los trabajadores altamente calificados quitan la corteza del corcho con grandes hachas y, con gran precisión, solo quitan la corteza. La industria del corcho de Portugal, cuidadosamente regulada, protege la integridad del medio ambiente, al tiempo que crea empleos estacionales con salarios altos para más de 10,000 trabajadores al año. Una vez que se quita la corteza del árbol, el corcho se conoce como tablas.

Luego, las tablas se apilan en pilas donde quedan expuestas al sol, el viento y la lluvia, lo que permite que el corcho se estabilice. Permanecen apilados por no más de seis meses. Una vez finalizado este proceso, los tablones se envían a los fabricantes para su producción. Junto con la ayuda de nuestros socios y amigos portugueses, hemos diseñado hermosos productos que son ecológicos, orgánicos y antimicrobianos.